El nombre de Arándiga tiene raíces indoeuropeas y celtíberas, lo que atestigua que los vecinos de nuestro pueblo llevamos más de 3.000 años creciendo, soñando y viviendo junto a estos ríos. Y durante ese tiempo, distintas culturas han dejado su huella en este territorio, forjando nuestra identidad.
Tras tantos años de historia, en Arándiga nos enfrentamos con uno de los mayores retos: la despoblación. La alta tasa de envejecimiento, el éxodo de los jóvenes o la baja natalidad conllevan pérdida de servicios, de socialización, de oportunidades… es decir, el dejar de ser un pueblo vivo.
Por eso los arandiguinos debemos seguir peleando y trabajando por nuestro territorio, para que eso nunca llegue a ocurrir. Cualquier pequeña acción es importante y contribuye a garantizar que nuestro pueblo perdure para las generaciones venideras.
Hoy, nuestro pueblo vuelve a ser un crisol de culturas y lenguas, gente que ha llegado buscando oportunidades para ellos y sus familias, conviviendo con nosotros y aportando su grano de arena. Ellos son los nuevos arandiguinos de este siglo XXI, y debemos integrarlos como nuestros antepasados acogían al recién llegado haciéndole sentir uno más.
Desde este equipo municipal llevamos trabajando desde el primer día por y para Arandiga y sobre todo para sus gentes, preocupándonos por mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos.
Trabajamos duro con la intención de que la gente este a gusto, que quiera quedarse en su pueblo o volver a él, y procuramos acoger a aquellos que quieren hacer de Arandiga su nuevo hogar. Por eso desde este ayuntamiento siempre estaremos dispuestos a apoyar todas aquellas iniciativas que supongan un paso adelante para nuestro pueblo.
Sin más, animaros a todos a seguir peleando para que este proyecto común que lleva siglos atravesando la historia continúe adelante con nuestro esfuerzo e iniciativas.
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”
