La villa de Arándiga pertenece a la Comarca de Calatayud, y es una población que se caracteriza por su localización entre dos ríos: en la margen derecha del río Aranda, poco antes de su confluencia con el Isuela dentro del término municipal.
El casco urbano conserva un interesante entramado medieval, en el que destacan la judería y el castillo, que se levanta en lo alto de un peñasco que domina todo el conjunto urbano.
El origen del asentamiento es prerromano, pero hasta la Edad Media no existen apenas datos sobre la Villa, que fue concedida por Alfonso II a Pedro de Huesca en 1188, continuando en situación de señorío durante los siglos siguientes, hasta que pasó a ser señorío de los Martínez de Luna bajo la vinculación a la Corona real de Aragón.